Vivir en «modo alerta»: el costo mental de un cuerpo que nunca descansa

¿Te ha pasado que, aunque duermas tus horas, sigues sintiéndote agotado? o ¿Te cuesta relajarte, desconectarte o simplemente estar en paz contigo mismo? Puede que esto tenga una explicación: tu sistema nervioso está funcionando en “modo alerta” gran parte del tiempo.

Vivimos en una sociedad que nos empuja a hacer algo todo el tiempo: resolver, mejorar, cambiar, estar bien, ser mejores. Y aunque muchas veces ese impulso nace de un deseo genuino de crecer, también puede ser una fuente de tensión constante.

El cuerpo, al no distinguir entre un peligro real y una presión emocional o mental, reacciona como si estuviéramos en riesgo. Así se activa lo que se conoce como respuesta de lucha o huida, diseñada para ayudarnos a sobrevivir… pero no para usarse todos los días.

¿Qué pasa cuando el cuerpo se queda en ese estado?

Cuando el sistema nervioso no encuentra pausas verdaderas:

  • Descansar profundamente se vuelve difícil.
  • Aparece la sensación de estar siempre a la defensiva.
  • Podemos sentirnos irritables, ansiosos o desmotivados.
  • El cuerpo se resiente: digestión, sueño, concentración y emociones se alteran.

No es raro que, en medio de todo esto, surjan pensamientos como “debo hacer algo”, “no soy suficiente” o “así no puedo seguir”. Son señales que tal vez nos están diciendo que necesitamos otra forma de cuidarnos.

¿Cómo podemos empezar a sentirnos diferentes?

Hay muchos caminos para recuperar el equilibrio. A veces es tan simple como empezar a respirar más conscientemente, mover el cuerpo con amabilidad o tener una conversación que nos permita mirar las cosas desde otro lugar.

En otros casos, contar con un espacio donde podamos explorar lo que sentimos, lo que pensamos y cómo nos relacionamos con el mundo puede marcar una gran diferencia. Algunas personas encuentran en la psicoterapia ese espacio seguro para comprenderse mejor. Otras descubren en la acupuntura una herramienta para liberar tensiones profundas que el cuerpo ha guardado por mucho tiempo.

No hay una única receta, pero abrirte a  recibir acompañamiento, ya sea desde lo emocional, lo energético o ambos, puede ser un primer paso hacia una vida más tranquila y conectada.

Vivir desde la calma es posible

Quizá no se trata de cambiarte, sino de aprender a estar contigo desde un lugar más amable. Tal vez no es que estés mal, sino que has estado en alerta demasiado tiempo. Y a lo mejor, con un poco de apoyo, podrías empezar a recuperar ese descanso profundo y esa sensación de seguridad que tanto has estado buscando.

✨ Si esto resonó contigo, puedes escribirme con toda confianza. 

Tal vez sea el momento de regalarte un espacio para ti.

Myriam Pérez Matadamas

Psicoterapeuta transpersonal

Acupunturista

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